Cancún, 16 de mayo. Desde hace más de 10 años en que surgió el proyecto, se tenía bien en claro que se pretendía, de entrada, no convertirse en otro Tulum o Bacalar, querían que los beneficios del turismo sean para la gente local, y hoy en día a la marca Maya Ka´anse le reconoce en ese sentido.
En entrevista, Zendy Celeste Euán Chan, integrante de la Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya de Quintana Roo, y una entusiasta impulsora y promotora de esta iniciativa, recordó que desde 2014 que salió la marca como tal, hay un proceso de aprendizaje tanto para ellos como los gobiernos que vendrían.
Así, en 2019 la marca Mayakan fue reconocida ante la Secretaría de Turismo de Quintana Roo, y a partir de allí comenzaron un proceso con esta institución para impulsar a las empresas comunitarias.
“En 2012 tuvimos una iniciativa con nueve agrupaciones de crear una red de cooperativas que promocionarán y pudieran comercializar un producto turístico diferente, amigable con el medio ambiente, mostrar realmente lo que es la cultura maya y a los grupos que estaban haciendo ecoturismo”, indicó.
En 2013 se crea un proceso para la marca y es ahí en que se involucran como empresas comunitarias y la impulsan a través de Amigos de Sian Ka’an, una organización no gubernamental.
Las empresas turísticas que participan en este destino invitaron a reporteros de la fuente de la zona norte de Quintana Roo para hacer un recorrido de dos días por la zona.
La visita comenzó en Tihosuco con recorrido en el Museo de la Guerra de Castas y el recorrido “Batabes” continuó en Xcabil con la “Api Aventura” en el meliponario.
La jornada concluyó en Saban, en el municipio de José María Morelos, con recorrido a una zona arqueológica e iglesia del lugar.
Al siguiente día, desde Felipe Carrillo Puerto, donde se hizo durmió la noche anterior, se hizo el traslado a Noh Bec, donde se visitó e hizo un recorrido por el viñedo, proyecto que desarrolla una familia local.
De ahí, el siguiente punto fue la reserva ejidal «Much Kanan K’aax», área natural protegida voluntaria, donde se pudo conocer la oferta turística del proyecto Siijil Noh ha y finalmente se pudo constatar el trabajo de las mujeres artesanas bordadoras de X—Pichil.
En uno de los puntos de la visita, Zendy Celeste Euán Chan, refiere que con el paso de los años la organización de las empresas ha llevado a la marca a un nivel que era un sueño para que miren al centro del Estado y vean que, en la zona maya, hay turismo.
Integrante de la cooperativa Xyaat, en la comunidad de Señor, en Felipe Carrillo Puerto, enfatizó que, por las características propias de la fragilidad del entorno, las capacidades de recepción de turismo son limitada.
En ese sentido, explicó que el trabajo que se hace en la zona maya debe ser diferente, y por eso desde el inicio hubo una planeación turística, pues no quieren que pase lo de Bacalar o Tulum, porque lo que buscan es darle oportunidad a la economía local.
De hecho, mencionó que han venido grandes empresas en busca de espacios o unirse con ellos, pero no desean eso, ya que eso significaría un turismo masivo, y a la larga serían desplazados.
“Al hablar de una cueva, un cenote o laguna no se puede superar la capacidad de carga, pues de aquí en unos años no van a tener la misma calidad del agua y suelo”, señaló.
Y pone como ejemplo, la cueva de las serpientes colgantes, en Kantemó, José María Morelos, donde al día sólo se pueden recibir un máximo de 10 personas. De lo contrario, afectarían el ecosistema de la caverna.
De acuerdo con información a la que se tuvo acceso, un aproximado de visitantes 2022 de la Red de Turismo, refiere que en el destino Maya Ka’an, los registros de las empresas de Caminos Sagrados que la integran 7 empresas, establecen que unos 13, 836 fueron mexicanos y 23,027 extranjeros.